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Palacio de Velázquez

El Parque del Retiro lo mencionamos cuando hablamos el Palacio del Buen Retiro. El actual parque es una fracción de lo que ocupaban los jardines originales de siglo XVII y su distribución ha ido cambiando con el tiempo, por diversas razones, pero seguramente la que más modificó la distribución del parque fue la ocupación francesa en la guerra de independencia (1808-1814) y la posterior liberación inglesa, ya que palacio y parque fueron bombardeados, cientos de árboles talados, la fábrica de porcelana, convertida en polvorín por los franceses y centro de las fortificaciones del retiro, y que se ubicaba en donde ahora está la fuente del ángel caído fue detonada por los ingleses y desapareció por completo.

Durante el siglo XIX el parque va perdiendo tamaño, al venderse parcelas para crearse el barrio de Los Jerónimos, y a mediados del siglo, con la caída de Isabel II, pasa a ser de titularidad municipal.

Así las cosas a finales del siglo XIX, con el parque ya abierto al público, se realizan en él una serie de exposiciones al estilo de las exposiciones internacionales que se habían puesto de moda en Europa a raíz de la exposición de Londres en 1851. En el caso español eran exposiciones más locales o como mucho coloniales.

Es éste el origen del palacio de Velázquez, concretamente para la exposición de minería de 1883, primera exposición temática de España, inaugurada por Alfonso XII y con participación de seis países.

Retomaremos la historia de esta exposición y los cambios que trajo al parque en la entrada dedicada al Pabellón Real para centrarnos aquí en lo relativo a este Palacio de Velázquez:

El Ministro de Fomento encargado de la exposición, pidió al arquitecto Ricardo Velázquez Bosco el diseño de un edificio donde desarrollar la exposición Nacional, pero que a su vez, fuera una construcción permanente, que permitiera su aprovechamiento para usos posteriores del mismo tipo. Así se llevo a efecto la construcción del actual palacio de Velázquez, para la exhibición de las innovaciones tecnológicas de la industria minera.

El edificio fue realizado en ladrillo de dos colores, con una cubierta de cristal, estructura interna de hierro y basamento de piedra caliza; en la entrada se construyó un pórtico decorado con azulejos, que se encontraba después de unas escaleras que presentaban a ambos lados dos dragones de imponente aspecto.

Los azulejos para las decoraciones se realizaron en la fábrica de la Moncloa por los hermanos Zuloaga, adornaban además de la entrada principal el friso del edificio y los torreones situados en ambos lados de la construcción, con representaciones del busto del pintor Diego Velázquez y el arquitecto Juan de Herrera.

La entrada del pabellón se abría frente a un gran paseo en el que se habían situado grandes piezas de cerámica, figurando enormes ranas , repartidas en sus laterales hasta llegar al lago, que han desaparecido hace pocos años.

El pabellón sigue utilizándose actualmente para exposiciones y forma parte, junto al vecino Palacio de Cristal del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

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