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Palacio de Longoria

El edificio modernista por excelencia de Madrid es el palacio de Longoria, muy conocido por ser sede de la Sociedad General de Autores.

Fotomontaje de como sería el edificio con su jardín original

Un edificio precioso, obra del arquitecto Jose Grases Riera, otro de los grandes arquitectos de la ciudad. Nacido en Barcelona, estudia en las escuelas de arquitectura, primero de Madrid y luego de Barcelona, donde fue compañero de promoción de Gaudí. Luego se instala en Madrid, donde desarrolla casi toda su larga carrera. Autor de numerosos edificios de viviendas, el desaparecido Teatro Lírico y el edificio de La Equitativa, sede del Banco Central y del que actualmente sólo queda su espectacular fachada. Tras el palacio de Longoria se centró en el espectacular monumento a Alfonso XII del parque de El Retiro que no llegó a ver acabado.

El palacio fue construido en 1902 por encargo del financiero Javier González Longoria, quien le dio libertad absoluta de diseño. Lo forman dos cuerpos rectangulares unidos por un torreón circular, formando una L, el resto de la propiedad fue destinado a un exótico jardín con una galería con columnas con forma de palmeras que incluían lo que ahora es un edificio de oficinas de la SGAE.

Escalera imperial y cúpula acristalada

La fachada exterior está retranqueada, es decir con un espacio entre la fachada y la calle, para permitir la entrada de luz a los sótanos, muy del estilo inglés. Esta fachada realizada en piedra artificial tiene formas suaves y onduladas, con elementos decorativos vegetales. Todo rodeado con una verja de hierro forjado realizada imitando hojas de algas, flores y ojas.

Al financiero se le acaba el dinero y pocos años después de su construcción, en 1912 es vendido a la Compañía Dental Española por 500.000 pesetas, que lo utilizó como residencia para su presidente. En el año 1946, los herederos venden el inmueble a Construcciones Civiles, y cuatro años más tarde, en 1950 es comprado por parte de la Sociedad General de Autores por cinco millones en 1950 estando en pésimas condiciones. No se comenzó a reformar hasta 1992, momento en el que su fachada estaba muy deteriorada, y esta reforma, por problemas legales oficialmente no ha terminado.

Durante estos cambios de propietario el edificio fue deteriorándose y recibiendo sucesivas reformas. En la actualidad del interior quedan pocos detalles originales aunque destacan la gran escalera imperial (estilo de escalera con dos tramos de subida cuyo segundo tramo se divide en dos, formando una especie de E), y la cúpula de hierro y cristal que hay encima.

Desafortunadamente no se puede visitar su interior, si bien en ocasiones cuando hay actos de la SGAE  se ha abierto al público.

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